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Obras maestras de vino y licores en su puerta
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Casa de Cognac creada en 1858 por Jean Baptiste DOR, continuada por su hijo Amédée Edouard DOR que investigó, seleccionó y coleccionó los mejores Cognacs y eaux de vie. En aquella época, los profesionales le llamaban "el anticuario de Cognac".
Después de envejecer en barricas de roble durante décadas (70 años y más), algunas de estas venerables Eaux de vie de Grande Champagne, el Premier Cru de Cognac, fueron cuidadosamente recogidas en la plenitud de su aroma en Dames-jeannes selladas con cera, para conservarlas intactas.
Hoy, estas garrafas de cristal duermen en una bodega secreta llamada "Paradis", inalterada desde su creación, exhibiendo con orgullo sus prestigiosas añadas. Joyas de la Casa AE DOR, sus orígenes son generalmente anteriores a la famosa epidemia de filoxera de 1874. Han conservado intacto su precioso contenido durante más de un siglo, justificando el renombre mundial de la Maison AE DOR.
Los coñacs A.E.Dor son codiciados por entendidos y coleccionistas de todo el mundo. Son conocidos por su delicadeza debido al proceso de maduración al que se someten.
Son envejecidos en barricas de roble francés Limousin, con una capacidad de hasta 500 litros, alojadas en una bodega conocida por su particular nivel de humedad; los expertos consideran que este es el Secreto de los Cognacs de la Maison A.E.Dor.
Este Réserve Spéciale se destila únicamente a partir de la cosecha de 1988, y se compone exclusivamente de coñac de la Petite Champagne, un cru con suelos calcáreos apenas cubiertos por una fina capa de arcilla que produce aguardientes de gran finura.
Este coñac luce un hermoso color caramelo-caoba caribeño. La nariz es inmediatamente viril y ardiente, pero rápidamente pasa a delicadas notas florales de flores blancas de primavera y espino, levantado justo por la canela, nuez moscada y pimienta negro, para terminar en vainilla y cacao. En boca, el vino es suave y delicado. Se percibe la redondez de la ciruela de Ente, la ciruela mirabel de Lorena y el albaricoque, así como el sabor de la fruta confitada, para terminar con café, moca y pimienta blanca. El final es largo, persistente, incluso infinito ... la marca de los muy grandes Cognac.
Este Cognac Réserve Spéciale 1988 de la Maison A.E.Dor es para saborear sobre un fondant de chocolate o una tarta de cerezas negras de Itxassou.
